14 de marzo de 2016.
En muchos los países occidentales, incluyendo a los
Estados Unidos y Gran Bretaña, los abogados que participan en divorcios, no se
les permite representar a un cliente a cambio de un porcentaje de los bienes a
dividir en la disolución del matrimonio (en oposición a cobrar una tarifa
fija).
Tales disposiciones, se teme, podrían engendrar más y
más desagradables divorcios. Sin embargo, las mismas reglas no se aplican
a los aspectos financieros: son libres para financiar batallas legales sobre
activos-maritales y un número cada vez lo hacen.
Novitas préstamos, una firma británica, ya ha
desembolsado préstamos a 1,500 personas, aspirantes a la divorciados (la
mayoría son mujeres), con un interés anual del 18%.
Los préstamos están destinados a cubrir los gastos
legales; solicitantes normalmente esperan ganar activos por valor de tres
veces su endeudamiento. Sin los préstamos, muchos tendrían que darse por
vencido y conformarse con mucho menos, dice el director general de la
empresa.
La demanda de
préstamos de este tipo se ha incrementado desde que el gobierno británico
limita con una resolución la ayuda legal para el divorcio en 2013, señala Nigel
Shepherd, una asociación de abogados.
El grupo Brendan Lyle BBL Churchill, una empresa
estadounidense con casos en 27 estados, dice que su rol es "tanto a nivel financiero
como terapéutico", ya que algunos casos se encuentran con clientes que
proceden de manera vengativa y deciden luchar hasta por la ultima cucharadita y
en estos casos deben ser moderados.
Los préstamo medio de la firma rondan
los $ 306.000 en el estado de Nueva York y un poco menos en otros
lugares. La tasa de interés típica es de alrededor de 16%. La tasa de
morosidad es un modesto 2%, aunque existen cierta tolerancia para la lucha
clientes.
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